Conferencias de la Universidad Nacional de Córdoba, IX Encuentro AFHIC / XXV Jornadas Epistemología e Historia de las Ciencias

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La unicidad de la facultad lingüística humana (FL) y el problema de la explicación filogenética.
Adriana Gonzalo

Última modificación: 28-07-2014

Resumen


La problemática de la explicación de la evolución biológica del lenguaje ha generado en las últimas décadas varias controversias. En la polémica se agrupan Otero (1991, 1994) y el propio Chomsky (1986, 1988, 1993), Hauser, Chomsky, Fitch (2002), y Fitch, Hauser, Chomsky (2005); Hauser et al. (2014) en oposición a quienes sostienen que el lenguaje humano no es diferente de otras habilidades, y se centra en la capacidad de comunicación, por lo que su emergencia puede (y/o debe) explicarse a través de la acción progresiva y única de la selección natural (Pinker y Boom (1990), Newmeyer (1991), entre otros) es decir, en términos neodarwinianos típicos.

Si bien Chomsky no duda de la evolución como hecho histórico, ni excluye un papel para la selección natural (SN) en el proceso (dada las evidentes ventajas selectivas del lenguaje), sí cuestiona el rol explicativo unilateral que se le ha atribuido a ésta a la hora de dar cuenta de la emergencia del objeto de su interés.

En el caso de la evolución del lenguaje humano, Chomsky estaría de acuerdo con Pinker, Boom y Newmeyer respecto del rol de la evolución en la emergencia del lenguaje; pero disentiría con éstos en que la explicación del mecanismo de la evolución del lenguaje suponga solamente la selección natural.

Como consecuencia, si consideramos que la comunicación es parte del proceso adaptativo de los seres humanos, según los autores nombrados, la SN habría conducido el proceso hasta la aparición del lenguaje, con todos los cambios biológicos-adaptativos que esto implica.

Sin embargo, Chomsky, a diferencia de estos autores sostendrá que lo específico de la capacidad lingüística humana no está en ser un sistema de comunicación, sino en ser un sistema computacional complejo altamente sofisticado, preciso, apto para operar con unidades discretas y signado por la propiedad de recursividad. La emergencia de éste podría deberse, no a la acción de la SN, sino a otras causas.

Como alternativa, propone que la aparición del lenguaje humano debe basarse en hipótesis que evalúen la operación de determinados fenómenos en el nivel neurológico, y no en propuestas neodarwinistas tradicionales. Dice Chomsky: “las respuestas (en torno al origen del lenguaje) bien puede encontrarse no tanto en la teoría de selección natural, como en la biología molecular” (Chomsky 1988, 167). Puede estar relacionado con “ciertas leyes físicas relativas al embalaje neuronal o a mecanismos reguladores” (Chomsky 1980, 100).

El énfasis en que la “facultad del lenguaje en sentido estricto” (FLE) (Hauser, Chomsky, Fitch (2002)) se basa casi exclusivamente en consistir en un mecanismo computacional perfecto, exitosamente económico, cuya propiedad distintiva de toda otro tipo de lenguaje no humano es la recursividad, condujo a muchas polémicas actuales tanto en la lingüística, como en la filosofía de la lingüística.

¿Qué pasaría si encontrásemos una lengua humana que no poseyese la capacidad de recursividad? Sin duda, esta sería una anomalía seria para la caracterización de FLE. El punto es que un conjunto de lingüistas considera que existe tal lengua: el Pirahá (entre otras fuentes: Everett 1990, 2005, 2013).

El objetivo de esta ponencia es considerar críticamente la concepción de FLE y evaluar la explicación chomskiana de la filogenia del lenguaje humano, examinando los límites y potencialidades de la misma, por un lado; y evaluando hasta qué punto la anomalía mencionada puede evaluarse como evidencia refutatoria de varios de las hipótesis sostenidas en el PM.